PIRATAS DEL CARIBE: EN MAREAS MISTERIOSAS (PIRATAS DEL CARIBE 4)

Sí al género de aventuras, pero sin pasarse.

El género de aventuras no ha de ser pretencioso ni marcarse el reto de asombrar el intelecto del espectador. No ha de ser más que eso, aventuras.

La saga “Piratas del Caribe” comenzó cumpliendo a raja tabla los cánones del género: romance, humor, acción y fantasía. Sin ser fan de la primera entrega, sí que me considero al menos defensor, ya que el cine de aventuras es un género sincero con su propuesta. Y eso me gusta.

Uno de los problemas que se plantean, o al menos a mí, es cuando los creadores se crecen e intentan elaborar guiones e historias geniales repletas de enredos, traiciones, mentiras y giros inesperados. Al final no sabes lo que estás viendo y lo peor, no te identificas con ningún personaje. Esto es lo que pasó en la segunda y tercera entrega.

“Piratas del Caribe: En mareas misteriosas (Piratas del Caribe 4)” es, menos pretenciosa que las dos anteriores, sigue una narración más clásica, más sencilla de seguir y donde el exceso de traiciones y mentiras de las anteriores se ha reducido para dar mayor énfasis al deseo de los protagonistas.

Sin embargo esta cuarta entrega de la saga de “Piratas” no funciona. El capitán Jack Sparrow ya no es aquel personaje sorprendente y gracioso de la primera: resulta demasiado previsible. La historia no es tan llamativa como en las anteriores y la atmósfera está menos conseguida. El inicio apunta bien con temas interesantes como todo lo relacionado con los antiguos conquistadores españoles, pero sólo se queda en pequeñas reseñas.

Sería deseable que los creadores emprendieran otra aventura diferente y al menos mantuvieran  buen recuerdo del primer Jack Sparrow porque corren el peligro de cansarnos, si es que no lo han hecho ya.

NOTA: 4