miércoles, 25 de mayo de 2011

EL INOCENTE

                                          


El universo del thriller es un terreno pantanoso.

Uno de los géneros más difíciles de ejecutar es el thriller. Sin embargo en la industria hollywoodiense parece más difícil todavía ya que son pocos lo que consiguen ser realmente innovadores.
El inicio de “El Inocente” tiene un planteamiento que parece distinto, un abogado que, si no es estafador, al menos roza el límite de la moral en los pactos con sus clientes. Cuando te enfrentas ante la presentación del abogado protagonista, aprendemos a ver el modo de ganarse sus clientes de manera original y llamativa y sientes que puedes enfrentarte a una cinta diferente. 
En el comienzo del segundo acto, cuando comienza la investigación principal de la trama, se sugiere que la historia va a ser narrada al efecto Rashomon, misma historia contada por diferentes versiones y ninguna la verdadera. Dicho “efecto” resultó ser un espejismo, quizás sólo mio.
Todo acaba siendo algo desilusionante porque la historia vuelve a estar llena de estereotipos siguiendo el esquema archiconocido de películas como Al filo de la sospecha.
El arco de transformación del protagonista termina por desdibujarse al final, permaneciendo confuso no sé si por astucia del guionista o por profesión.