lunes, 13 de diciembre de 2010

BIUTIFUL

A menudo ocurre que vamos con ciertas expectativas al cine debido a las alabanzas que ha recibido determinada película y cuántas veces nos pasa que salimos noqueados del cine preguntándonos qué demonios ha visto la gente en esta película.
Esto es precisamente lo que sentí al ver Biutiful, un drama facilón que busca la lágrima rápida en el espectador a base de forzadas tragedias que acontecen en unos personajes poco definidos y difíciles de comprender. El personaje principal de la película, Uxbal (interpretado por un notable Bardem que ni si quiera logra salvar la película), no alcanza la empatía del espectador con él, al menos no conmigo, ya que carece de un background claro que nos ayude a conocerle y de unos objetivos y necesidades que se definan bien a lo largo de la historia.
Algunos pueden considerar que para entender e inmiscuirte en esta película has de tener cierta sensibilidad con este tipo de cine social o trágico, como lo ha denominado el propio director de la obra. Yo lo niego de raíz y añado que hay cineastas que han realizado dibujos de la realidad de los barrios marginales de las grandes ciudades con mucho más éxito que Iñárritu, como los hermanos Dardenne o el británico Ken Loach, y estos sí me han llenado de tensión, amor y comprensión hacia sus historias. Y es que creo que el mayor problema de Biutiful, fuera de análisis pedantes y académicos, es que es una película enormemente aburrida.
Considero que el director, muy aclamado y premiado a lo largo de su carrera, es un cineasta algo sobrevalorado por sus últimas películas, 21 gramos, Babel y Biutiful, y que el respeto y admiración que le tengo será sólo y exclusivamente por la genial Amores perros, su primer largometraje.

NOTA: 3