“Existen muy diversas y anómalas maneras de morir, pero la nuestra es la más dura y agónica por su naturaleza despiadada”.
Ambos estaban reunidos en su despacho como cada lunes por la tarde organizando y rematando asuntos pendientes. Esta vez resultaría diferente ya que por fin se había terminado, tan sólo han de rematar pequeños asuntos; cosas habituales de la profesión. Él estaba exultante, como casi siempre, y muy positivo en cuanto al proyecto. Sentado sobre su sillón negro, no cesaba de hablar sobre futuros movimientos que han de realizar a nivel internacional; festivales, posibles premios, mercados, merchandising…etc.
Más que una conversación podría decirse que se trataba de un monólogo teatral interpretado en exclusiva ante un sólo espectador. Elogiaba reiteradamente la creatividad del proyecto, la calidad del guión y, sobre todo, el gran trabajo realizado. Tiene grandes esperanzas puestas en él. El objetivo es diferenciarse del resto, buscar la novedad, contar la misma historia de manera dispar, ¡ahí se halla el éxito! Todo está inventado, lo que hay que elaborar son nuevos envoltorios, decía.
Continuaba hablando de insólitos guiones e historias para los que contaba con su estimado oyente. Pero antes habían de retomar pequeños asuntos de este proyecto. Ha tomado la difícil decisión de cortar el final por su complejidad, también será necesario insertar más muertes para aumentar el drama e incrementar las escenas de sexo. Las partes excesivamente creativas y poéticas se suprimirán, así como las metáforas engorrosas, el espectador no es tan listo como nosotros. También faltan ganchos cómicos y burlescos.
“Es cierto. Esta historia agradecería más y mejores dosis de humor, aunque surgiría el peligro de que este drama acabe en comedia y nadie se percate del trágico desenlace”.
