miércoles, 8 de junio de 2011

VERSIÓN ORIGINAL



La educación como herramienta para el arte

Aprovechando que en la actualidad no hay polémica sobre ello, creo importante reseñar la importancia de lo que es, a mi juicio, un gran atropello contra el cine. Teniendo la fortuna de no ser el que toma este tipo de decisiones, sí que tengo total libertad para ofrecer mi punto de vista.
El doblaje en el cine es uno de los grandes virus que tiene este arte. Es como un cáncer que nunca se ha extirpado, y lo peor, parece que no exista. ¿Los culpables? Posiblemente nosotros los espectadores.
Seguramente no somos capaces de imaginamos acudir a una representación teatral y ver a actores moviéndose mientras por los altavoces suenan voces que interpretan sus gestos y acciones. Tampoco sería lo ortodoxo presenciar un concierto donde el grupo simulara interpretar música y que realmente estuviéramos escuchando una grabación de estudio. En el cine no ocurre lo mismo.
Si estrenan en España una película donde actúa Robert De Niro, asimilamos que vamos a verle moverse y poniendo gestos con las voces de, no lo negaré, un genio del doblaje. La interpretación, sea en el teatro o en el cine, no se puede entender como tal si no escuchamos a los actores. La modulación de las voces, los tonos, carraspeos, llantos, risas, es algo que si no lo vives tal cual se ha interpretado pierdes frescura y sensibilidad.
¿Algunos han pensado que nunca han escuchado la verdadera voz de Marlon Brando en El Padrino? ¿Y la de Robert de Niro en El cabo del miedo?  ¿Existe gente que de verdad no ha escuchado a Anthony Hopkins en El silencio de los corderos? ¿Y la voz nasal de Humprhey Bogart? ¿Y a Katherine Herpburn en De repente, el último verano? ¿O la dulce voz de Marilyn Monroe mezcla de ángel y serpiente hipnotizadora? Pues muchos no les han escuchado y sin embargo, son sus actores favoritos.
Uno de los problemas que se plantean los distribuidores, y es muy comprensible, es que el público español no está acostumbrado a leer subtítulos. Muchos exhibidores se niegan a poner cine en versión original porque perderían clientela y no les falta razón. El punto clave es que habiendo salas que ofrecen cine en versión original y otras que en cambio sólo compran películas dobladas, son éstas últimas las que siguen obteniendo mayores beneficios. Es por lo que considero que el “cáncer” debe afrontarse desde la raíz, educando a los jóvenes a ver series y películas en versión original, como ocurre en cientos de países, para que no les resulte un problema leer subtítulos. Y es aquí donde entra el Estado, los gobiernos autonómicos y la administración pública en general.
El doblaje en España es uno de los mejores a nivel mundial, y es por lo que afirmo que no se debiera abolir. El cine de animación necesita de dobladores, así como también el cine español cuando hay que doblar una escena en la que no ha salido bien el sonido en el rodaje. También en publicidad y en el prolífico mundo de los documentales necesitan de los dobladores. Sin embargo creo firmemente que el cine debería ser sólo y exclusivamente para los actores

1 comentario:

  1. A raíz de esto:

    http://www.elpais.com/articulo/cine/actor/voz/otras/cosas/elpepuculcin/20110610elpepicin_1/Tes

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